Siempre que llegamos a final de año y que las aguas de la península empiezan a enfriar drásticamente me gusta hacer una visita a mis amigos de Bruma Studio a Lanzarote. De dónde son originarios y donde siempre me reciben con los brazos abiertos desde mis primeros viajes a la isla. Cuando voy allí me quedo en casa de Adrián Rodd aunque a este sitio también lo llamamos Locutorio la Santa. Un punto de encuentro de todos los surfistas de la zona y donde he pasado momentos increíbles celebrando la vida en general. Otra de las personas del grupo que me conoce desde que tengo 14 años, y que me llamaba en su día “periquito” es Gines Diaz originario de La Graciosa pero que reside entre Arrecife y Malasaña, Madrid. También se suele sumar a estos planes de surf en Lanzarote (y muchos otros) nuestro piloto favorito Leo Zarate.
Mi historia de surf en Lanzarote remonta a mi etapa junior para competir en el Franito Pro Junior en compañía de Jose Maria Cabrera. Desde esa primera ocasión me quedé flipado con el nivel general de los locales en olas tan exigentes. Olas muy agresivas que yo no estaba acostumbrado a surfear y que me permitió evolucionar rápido a la vez que me creó mucho interés en seguir indagando en esa dirección. Hasta ese momento las condiciones más cercanas que había surfeado era La Graviere o Supertubos. Ambas son de fondo de arena así que la cosa cambia con tan poca profundidad y fondo de piedra…
Una vez más fue un acierto volar a Lanzarote para disfrutar de una semana de buenas olas en buena compañía, creando contenido y comiendo de cine. Esto supone algo así como un retiro espiritual para mí o por lo menos, se le acerca. Pero esta calma no duró mucho ya que la previsión empezó a animarse. El campeonato invitacional con prestigio internacional Quemao Class dio luz verde para su celebración el fin de semana siguiente.
Pude competir por primera vez en este campeonato de 2018 y gané el premio de la mejor ola del evento, un 10 puntos y una de las mejores olas de mi vida. Este año, el parte pintaba todavía más grande y más perfecto según el local y amigo Manuel Lezcano que se solía pasar por el Locutorio la Santa sobreexcitado por lo que se venía!
El día previo al campeonato, esperando al swell de la mañana siguiente para su celebración, se respira en el paseo del Quemao un ambiente increíble. Algo así como una enorme celebración a la que se apunta gente de todas las partes de Europa y la comunidad surfista de canarias entera. Como surfista, es sin duda una de las experiencias más intensas que se pueden vivir. Así que le estoy muy agradecido a los organizadores del Quemao Class por darme la oportunidad de expresarme en una de las mejores olas del mundo con otros tres surfistas en el pico.
La primera jornada de competición disfruté pasando mis mangas cogiendo muy buenas olas mientras que veía tanto los surfistas como los bodyboarders montar el show. La segunda fue todavía mejor, nunca había visto El Quemao tan perfecto. Aunque me quedase a las puertas de la final me pude superar y aprender muchísimo de esta experiencia. Para cerrar bien el fin de semana salimos a cenar en La Santa y celebramos la merecida victoria de Aritz Aranburu.
Con esta dosis de adrenalina, emociones fuertes y disfrute di por empezada la temporada.